La fatiga ocular causada por el uso excesivo de la visión a corta distancia, multiplica la cantidad de futuros jóvenes y adultos miopes.
Buenos Aires, diciembre 2020.- El confinamiento como consecuencia del coronavirus COVID-19 provocó que tanto adultos como niños adopten nuevos hábitos en sus rutinas diarias. El teletrabajo en los adultos, las clases remotas de niños y jóvenes y la gran cantidad de propuestas de entretenimiento online para todas las edades, generó que prácticamente todas las personas pasen muchas más horas dentro de sus hogares y delante de las pantallas digitales.
La contrariedad es que la misma tecnología que ayuda a mantener la vida laboral y los estudios al día, también puede causar o aumentar problemas visuales. Por ejemplo, los niños que antes destinaban las tablets, notebooks y teléfonos celulares al ocio, comenzaron a utilizar estos dispositivos también para clases online y video llamadas con parientes y amigos, recargando su uso.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que, en 2050, una de cada dos personas en el mundo será miope. Asimismo se estima que, debido al actual escenario sanitario, se podrían acelerar estas proyecciones, como resultado de los factores ambientales relacionados con la masificación del uso de dispositivos tecnológicos, pese a que el origen de la miopía es principalmente hereditario.
La miopía es uno de los trastornos visuales más comunes. Se clasifica entre las condiciones denominadas como “errores de refracción”, en los que el ojo no puede enfocar claramente objetos distantes. Su daño es progresivo, en los casos más graves, puede provocar dificultades de adaptación a la vida social y laboral, como también ceguera.
“Es muy posible que el grado de miopía, tras la pandemia que estamos viviendo, aumente significativamente en poblaciones infantiles y juveniles debido al encierro y al uso excesivo de la visión de cerca causada por el uso de la electrónica”, reafirma el médico oftalmólogo Pablo Daponte, quien además es Presidente del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO).
Mientras mayor es el grado de severidad de esta patología, menor es la distancia a la cual se pueden enfocar objetos y mayor el peligro de que se produzcan otros problemas visuales. Daponte agrega: “Los adultos también pueden tener problemas oculares por la exposición prolongada a las pantallas, ya que incide a que el ojo se acostumbre a enfocar a corta distancia y la visión se adecuará a funcionar siempre en ese rango. Un examen de ojos por un médico oftalmólogo ayuda a determinar si algo en el sistema visual no está bien, no se limita solo a prescribir anteojos, sino que además puede detectar precozmente enfermedades asintomáticas. Durante la pandemia, y tomando todas las medidas sanitarias de precaución para evitar el contagio del virus, ya hay muchos oftalmólogos que comenzaron a atender”.