Por Valeria Schapira, Experta en Relaciones de Match.com
Recién llegada de una encantadora visita a México de la mano de Match.com encontré una pregunta coincidente en cada una de las entrevistas en medios gráficos, radiales y televisivos: ¿es peligroso hacer citas online?
Los fantasmas que circulan en torno a las relaciones online son válidos pero no dejan de estar sobredimensionados. Los mismos recaudos de seguridad que se toman en la vida cotidiana han de plantearse cuando se utiliza un sitio de Internet. A saber:
· ¿Llevar a casa a una persona que uno conoce en un bar, la primera noche? Si la respuesta es no, ¿por qué hacerlo con quien se acaba de conocer por Internet? Lo ideal para una primera cita es un lugar público en el que haya mucha gente: el patio de comidas de un shopping o un parque a la luz del día, por ejemplo. Si se desea un ámbito más íntimo, una cafetería pequeña es una buena elección.
· La foto: existe una hipersensibilidad en muchas personas respecto a subir su fotografía en el perfil. No hay diferencia entre hacerlo en una red social y en un sitio de citas. Nada extraño puede ocurrir por subir un retrato personal a la Web. Por supuesto, no es aconsejable compartir fotos de niños ni imágenes que sugieran domicilios individuales.
· Datos personales: los únicos datos que figuran en un perfil son los que cada persona decide compartir. El criterio que aplica – al igual que en toda interacción online y offline – es el sentido común. No debería compartirse en la red lo que uno no confiaría en su vida cotidiana. Uno no anda contándole a las personas que no conoce donde vive, ni cuánto dinero tiene en la cuenta bancaria.
· Acoso, molestias. etc.: Match.com ofrece la posibilidad de que sus usuarios bloqueen a quien los está molestando. Y, en caso de ser necesario, pueden denunciarlo de manera anónima al equipo de seguridad del sitio.
En síntesis: un sitio de encuentros es un puente fantástico para encontrar esa relación de pareja que siempre soñamos tener. En el proceso, no está de más tener en cuenta el refrán: “hombre (o mujer) precavido/a vale por dos).